Foto: redes |
José,
era un niño campesino de doce años, vivía en el campo junto al camino y las
chacras de papa. Cerca de su casa, pasaba un riachuelo, que le servía para
bañarse en días de sol. “Papi, cuando sea grande voy a ser como tú…”, decía
sonriente. “En el campo se sufre…, tienes que irte a la ciudad para que tengas
plata”, recomendaba el padre. En la mañana asistía a la escuela y en la
tarde ayudaba a traer los terneros y ovejas: era muy feliz.
Hasta
que una tarde, llegó su tío Víctor, al ver que su sobrino era trabajador: convenció al padre para llevarlo a la ciudad de Tacna, donde viviría
en la casa de una pareja de esposos muy ricos que no tenían hijos, e iban a
educarlo. Joselito, no quiso separarse de su familia. “Por favor, papi, no
quiero ir”, lloraba. “¡Será mejor para ti hijo!, ¡acá no tienes futuro!”,
amenazaba el padre.
Entonces,
Joselito tuvo que partir y comenzó su calvario: su tío le consiguió un trabajo
de empleado de hogar a sus cortos 12 años. Tenía que barrer la casa, lavar
ropa, hacer jugar a los niños, llevarlos a la escuela, limpiar pocilgas de
gallinas y chanchos. El tío cometió el delito de trata de personas al sacarlo
con engaños de su casa, según el Código Penal en su artículo 153, debe ser
juzgado y encarcelado de 8 a 15 años.
Después
de varios años, Joselito, se convirtió en don José, cansado de ser explotado
volvió a su comunidad; era analfabeto, mientras su hermanito que tuvo la suerte
de quedarse al lado de su padre estudió y pudo ser docente. Cuando don José se
casó, tuvo hijos: nunca los soltó, los hizo profesionales a todos.
Publicado en el Diario Correo 13/10/17
http://ediciondigital.diariocorreo.pe/puno/20161013/#!/pagina/10
Adicionalmente
se publicó un reportaje radial que se lanzó al aire en Pachamama Radio, y en la
web: se puede escuchar en:https://www.radioteca.net/audio/nunca-mas-trata-de-ninos-con-autorizacion-de-sus-p/
grobercutipa@gmail.com
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