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Pedro Pablo Kuczynski,
obtuvo la confianza de Puno para llegar al sillón presidencial, y en sus
primeros cien días de gobierno parece haberse olvidado de sus promesas de poner
al margen a su vicepresidente Martín Vizcarra Cornejo, en la demarcación
territorial entre las regiones Puno y Moquegua; y la pronta ejecución de las
plantas de tratamientos de aguas residuales.
El pueblo de Puno,
guardando su camiseta de izquierda, le tendió la mano: como a un paisano, como
a un hijo. Por eso también, lo recibió con mucha esperanza en su primera
actividad en el interior del país como presidente de la República.
Sin embargo, a un mes
de la finalización del año, la región Puno siente que otra vez fue engañada y
será postergada en el quinquenio de gobierno de Peruanos Por el Kambio. Por
ello, las organizaciones aseguraron su participación en el paro de 48 horas del
próximo 22 y 23 de noviembre contra el gobierno de Kuczynski, reclamando una
compensación por las aguas que se quieren represar para Paltiture, proyecto
hídrico que favorecerá a Arequipa y Moquegua; y la necesidad de la construcción
de las plantas de tratamiento.
El gobierno no debe
poner oídos sordos a esta trascendental llamada de atención procedente del pueblo
puneño. Se hicieron promesas que no se
cumplieron y eso es el caldo de cultivo para la desconfianza que hay entre la
sociedad civil frente a las autoridades. Si PPK no respeta los compromisos, el
pueblo de Puno va a salir a las calles.
Grobercutipa@gmal.com