domingo, 18 de junio de 2017

Gracias a Pura Vida, volver a tomar leche de vaca

Por Grober Cutipa Huarcaya

Foto: redes




En el corral el ternero berreaba y saltaba sin descanso, reclamando que lo lleven al lado de su madre para tomar la parte de la leche que le correspondía. 

Y yo, un niño de siete años, también reclamaba mi ración. Mi abuela ordeñaba la vaca y me daba una tasa la leche fresca, y yo bebía en competencia con el becerro: calientita y dulce, muy diferente a la leche hervida. Así fue hasta los doce años, hasta que mi mamá prohibió que me dieran de beber leche cruda, el personal de salud le advirtió que contenía microbios.  ¿Me enfermé? ¡No! A los cuarenta años no sufro de problemas estomacales ni parasitosis. 

Para la secundaria mis padres me enviaron a la ciudad y comencé tomar leche evaporada: era más barato y fácil de preparar. Ya adulto, en las chocolatadas mis compañeros de trabajo creían  que la leche fresca de vaca les producía timpanismo en el estómago, influenciados por la publicidad pensaban que la leche en tarro era más saludable. Ahora que se ha descubierto que Pura Vida, era lácteo enriquecido con otros productos y menos leche, ¡como todos me siento estafado! 

Volveré a tomar leche de fresca de vaca 100% natural y libre de preservantes. Espero descubrir muchos casos de publicidad engañosa como la de jugos de frutas que no tienen frutas sino saborizantes, galletas de miel de abeja que sólo contienen azúcar quemado o  gaseosas light que no son tal.



viernes, 9 de junio de 2017

Crianza del Agua: "Agua es Vida"

Por Grober Cutipa Huarcaya
Foto: Chuyma Aru

 “Haber niños, niñas, atentos por favor…, el agua no tiene vida es incoloro, inodoro, ¿comprendido?”, nos explicaba el profesor en la escuela. “Hermana agua: bríndanos salud, si te secaras no habría vida”, decía mi abuelo cuando llegaba al pozo a sacar agua.
 
Según el antropólogo Jorge Apaza Ticona, el maestro representa a los científicos occidentales y transnacionales que contaminan y hacen mal uso del agua, considerando que sólo es HO2 y materia inerte; mientras el veterano lleva la voz de los urus, quechuas y aymaras, quienes conversan con la Pachamama para que les siga brindado el líquido elemental. Para Chuyma Aru (1998): lago, manantiales, lluvia, riego, nubes, granizo, río y helada son formas del agua; por eso cuando hay sequía los comuneros llevan al “yerno” agua del Titiqaqa en baldes adornados con flores de clavel hasta sus comunidades, donde hacen ritos y más tarde consiguen que el aguacero vuelva.

El agua es vida (garantiza la subsistencia de plantas, animales y hombres), al mismo tiempo tiene vida y ocupa un lugar. Pero los que viven  en las grandes ciudades: Puno, Juliaca, Alto la Paz, y Copacabana están estropeando esa convivencia entre el agua y el hombre andino, al echar basura y desagüe al lago Titiqaqa; y lo que es peor los mineros ilegales de Ananea y Suches arrojan relaves sin tratamiento.


En consecuencia es compromiso de todos rescatar la mística de los ancestros para agradecer a la Pacha Mama por la bendición del agua. 


Publicado en el Diario Correo:

http://ediciondigital.diariocorreo.pe/puno/20170608/#!/pagina/10

Y se puede escuchar el reportaje radial en:

domingo, 4 de junio de 2017

Antivacunas y epidemias.

Por Grober Cutipa Huarcaya
Vacuna contra la Viruela



La Muerte acechaba. Mientras esperaban su llegada las parejas hacían el amor por última vez, se daban bailes, gastaba el negociante lo amasado durante años, las casas eran tapiadas con los enfermos dentro y los predicadores del Apocalipsis morían clamando en las calles. La viruela era uno de los grandes asesinos de la antigüedad, cuando llegaba a una ciudad provocaba sin número de muertes (Europa XVIII: 60 millones y en el mundo XX: 300 millones), además de dejar ciegos, estériles y desfigurados a los sobrevivientes. 

En Inglaterra Edward Jenner (1796), descubrió la vacuna antivariólica, utilizando la secreción de las póstulas de las vacas. Luego Jospé Salvani y Llepart  (1805-1809), vacunó en Puno a 1904 personas, pasó a Pomata y Zepita y finalmente se dirigió a La Paz. Después Manuel Núñez Butrón (1933-1937), organizó a los Rijcharis, quienes recorrían las parcialidades vacunando contra la viruela. Más tarde David Frisancho Pineda (1952) impulsó la gran campaña de Inmunización masiva. Desde entonces no se volvió a presentar ningún caso de viruela en el altiplano. Y, en 1980 gracias a la vacuna, la enfermedad fue oficialmente declarada como erradicada en el planeta por la OMS.

Ahora han aparecido personas Antivacunas, que podrían ocasionar el retorno de epidemias. Los virus siguen activos, y como la Tierra es una aldea global, es necesario seguir vacunando para evitar que corran riesgo los menores. 

grobercutipa@gmail.com

Publicado en el Diario Correo 
http://ediciondigital.diariocorreo.pe/puno/20170601/#!/pagina/10