“Soy Juan Luque, un hermano como tú, no soy de muchas
palabras, pero sí de muchas acciones y obras. Por ello mi trabajo ha sido
demostrado como rector de la UANCV”…
La decisión de Luque de guardar silencio es, hasta el
momento, una estrategia adecuada para su paso a la segunda vuelta. No
participar en los debates y entrevistas le fue favorable, los periodistas y sus adversarios no tuvieron motivos para atacarlo.
Su participación en el debate organizado por el Jurado Electoral Especial, leyendo su discurso: causó burla de parte de sus contendores e identificación
por sus electores: como cualquier puneño venido del campo tiene miedo de
expresarse en público, pero que es trabajador.
Otro punto favorable, es la subida en las encuesta de Walter
Aduviri, que ha generado que los electores conservadores de la región respalden
a Luque, por considerarlo más cercano a la política de libre mercado, contrario
a la posición de izquierda. Además, el
“chauvinismo” del pueblo juliaqueño es muy bien capitalizado por Luque,
el bastión de su voto duro, donde el
asunto que sea callado parece no importarles mucho.
Otro asunto que juega a su favor es que todos los medios se
han olvidado de él y todos se han centrado en desinflar al candidato
“incendiario” Aduviri. De esa manera, si lo tratan con guantes de seda, él
seguirá cabalgando cómodamente con sus 24% o más. Y quizás tenga razón, porque
en las elecciones regionales de 2010
demostró ser un muy mal candidato, en los debates.
Sin duda esta estrategia electoral de Luque ha sido diseñada
por un equipo de campaña con mucha experiencia que apuesta a no arriesgar; pero
en la segunda vuelta, no lo podrán mantenerlo mudo. Juan Luque tendrá que
explicar sus propuestas y, sobre todo, se someterá a la observación del
electorado, contestando muchas interrogantes.
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