“Ustedes,
ciudadanos, son testigos de nuestro esfuerzo”, con ese discurso ganó su
reelección en la ciudad de Puno. Aún ahora, reserva el respaldo de los vecinos
que vieron mejoradas sus calles, aunque algunos no quieran reconocerlo. Pero,
su peor currículo, es la falta de capacidad para construir una planta de
tratamiento de aguas residuales para la ciudad de Puno.
Así
mismo, en Juliaca se le atribuye 70% de rechazo, por supuestamente haber
apoyado el traslado de la construcción
del hospital IV de Essalud a la capital
regional. Es el candidato que genera mayor “Chauvinismo”, al ser retratado como
“Antijuliaqueño” y muchos comunicadores sociales y dirigentes se pronuncian en
su contra.
Luis
Butrón, para enmendar esta realidad centra su campaña en los barrios urbanos
marginales de la ciudad calcetera, tratando de quitarse ese estigma de
“Antijuliaqueño”, para eso tiene recursos y la experiencia de su equipo de
campaña, que muy bien aplica la psicología política.
Por
otro lado, después de su inicio de campaña silenciosa, en los últimos días, ha
saltado a la palestra gracias a su nuevo jefe de campaña: el Ministro Daniel
Urresti, quien lo calificó como un “Narco candidato”. A dicha acusación grave,
Butrón supo aclarar con firmeza, y su equipo de asesores deben estar rogando a
los “Santos” que el mejor ministro del Gobierno
Nacional: siga, que siga lanzando más, pero más
acusaciones para seguir haciendo escalar más puntos al “Gallito”. A
estas alturas, toda acusación hace crecer al postulante, a no ser que se
presente pruebas contundentes como los “Potoaudios”.
Para
llegar al sillón regional, Luis Butrón deberá enfrentar el estigma
antijuliaqueño y el actual alcalde de Puno le debe ayudar con las gestiones
para la construcción de la planta de tratamiento. ¡Las recomendaciones de boca en boca!, es su
mejor estrategia.
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