martes, 31 de mayo de 2016

Esterilizaciones forzadas

Por Grober Cutipa Huarcaya


Foto: redes
“Señora, te hacemos ligar. Tú que eres pobre, la plata no te alcanza para mantener a tus hijos”, explicaban las enfermeras del puesto de salud a mi tía, que tenía cuatro hijos: tres varoncitos y una mujercita de cinco meses. “No, mi esposo no quiere”,  contestaba ella. “Mañana vamos al hospital, allí los doctores te darán una charla, y después te vamos ayudar”, insistían.

 No le explicaron más, y la llevaron junto a otras madres al hospital. Antes de recibir la charla, en la sala de operación, les hicieron firmar un papel. “¿Doctor qué me van hacer?, preguntó asustada. “Te vamos hacer ligadura de trompas, para que no tengas más hijos”, respondió el médico. ¿Qué podía hacer? Era del campo. La durmieron en la camilla con anestesia y la ligaron. Desde ese día cambió su vida: se sintió enfermiza, sin fuerza, y tenía descensos.

Ollanta Humala, incumplió la promesa de hacer justicia para las mujeres esterilizadas, a pesar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció por la elaboración de un registro de víctimas. Y, en esta campaña electoral, otra vez aparece este tema: Keiko Fujimori buscará conocer la verdad. Si hay alguna mujer operada sin su consentimiento, tendrá que ser reparada por el Estado”; mientras, la vicepresidente de PPK, Mercedes Araos,  indicó que de llegar al poder, “elaborarán una lista integral de víctimas de las esterilizaciones forzadas a fin de que se les repare económicamente…”.


Las promesas se las lleva el viento: es momento de que las madres esterilizadas sin consentimiento, se inscriban en el Registro de Víctimas de Esterilizaciones, y exijan al Estado peruano “reparación” por haberse atentado a sus derechos humanos. 

Foto: redes

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